El trader llega a la consulta del neurólogo quejándose de que le tiemblan las manos y le parpadea el ojo izquierdo. El doctor le pregunta: — ¿Y cómo duerme? — ¡Duermo como un bebé! Cada hora me despierto y lloro.
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El trader llega a la consulta del neurólogo quejándose de que le tiemblan las manos y le parpadea el ojo izquierdo. El doctor le pregunta: — ¿Y cómo duerme? — ¡Duermo como un bebé! Cada hora me despierto y lloro.