Conversación con Xiao Feng sobre stablecoins: Volver a la esencia tecnológica y prevenir interpretaciones erróneas

Intermedio7/29/2025, 2:43:29 AM
Este artículo ofrece un análisis detallado de los atributos técnicos de las stablecoins, sus modelos financieros y su potencial influencia en el sistema financiero tradicional, todo ello expuesto en un formato conversacional.

El 18 de julio, el presidente Trump firmó oficialmente la ley GENIUS, llevando las stablecoins al centro del debate mundial. Tras una década de impulso por parte de pioneros de la blockchain y años de debates intermitentes, la cuestión ha pasado definitivamente a la corriente principal. Prácticamente de la noche a la mañana, las stablecoins se han convertido en el tema más comentado en los sectores de internet, las finanzas tradicionales y los foros de política. Este auge ha provocado una revisión global sobre cómo la adopción masiva de monedas digitales puede transformar internet, la IA, las finanzas e, incluso, el panorama geopolítico y económico global. Sin embargo, este interés desbordado ha acarreado también una oleada de conceptos erróneos, desinformaciones e incluso comentarios deliberadamente engañosos —especialmente en redes sociales— que perpetúan la confusión. El problema de fondo es que la mayoría de los debates adoptan un enfoque superficial, olvidando que las stablecoins son fruto directo del avance de la blockchain y pasando por alto tanto su lógica técnica como sus aplicaciones. Por eso, mantuve una nueva conversación con el Dr. Xiao Feng para analizar estos temas en profundidad.

Meng Yan: Dr. Xiao, desde nuestra última conversación, los hechos se han desarrollado exactamente como esperábamos. La GENIUS Act ha sido aprobada y observo un crecimiento vertiginoso del interés por las stablecoins en las comunidades chinas, hasta el punto de convertirse en una cuestión omnipresente. Un conocido acaba de regresar de Hong Kong y me ha comentado: “Allí, todo el mundo habla de stablecoins. Nunca había visto una expectación igual”. Usted, que reside en Hong Kong, seguro que percibe esta tendencia de forma aún más intensa.

Xiao Feng: Hacía años que no veíamos nada parecido. No solo existe debate, sino también una actividad real muy intensa. Cientos de empresas e instituciones están sumándose a proyectos de stablecoin, y cada día aparecen nuevas iniciativas relacionadas con RWA. Recibimos propuestas de colaboración constantemente. La GENIUS Act no solo es relevante porque otorga carácter legal y soberanía a las “stablecoins dólar” en el sistema jurídico estadounidense, sino porque indica que la blockchain y los criptoactivos están abandonando zonas regulatorias difusas para situarse en el corazón mismo de la infraestructura financiera global: se está gestando una nueva revolución. Que Hong Kong, como centro financiero internacional, perciba tan pronto este giro no sorprende en absoluto.

Observar esta transformación me reafirma en una lección histórica: quienes adoptan activamente y experimentan con nuevas tecnologías suelen ser quienes más se benefician. La historia siempre premia a los valientes y optimistas en momentos de cambio tecnológico.

Meng Yan: Con todo, observo señales inquietantes: el auge de las stablecoins ha sido tan súbito que muchos no estaban preparados, y hay una brecha de conocimiento real. Hay personas que oyeron hablar de stablecoins hace solo tres meses, tienen una idea superficial o de oídas y ya se presentan como expertos en redes sociales, compartiendo opiniones que, en ocasiones, resultan claramente engañosas.

Xiao Feng: También he notado la avalancha de publicaciones de particulares, y comparto su inquietud. Aun así, me alegra ver este nivel de discusión pública, algo que el sector llevaba años esperando. El ecosistema entra en una nueva era. En los próximos años, stablecoins, RWA, economías tokenizadas, integración de criptoactivos y acciones, y la fusión de IA y cripto crearán un escenario vibrante y apasionante.

Pero en momentos así, debemos mantener la cabeza fría y consolidar los fundamentos. Por experiencia, cuando “llega la primavera y suben las temperaturas”, proliferan ideas verosímiles pero erróneas, y puntos de vista incorrectos y populares se propagan como la pólvora, generando riesgos. La actitud es determinante: cada ciclo de auge y crisis en cripto, cada error sectorial y cada cambio de ánimo suele guardar relación con un malentendido estructural.

Lo más urgente es analizar el entorno desde una perspectiva realista. Muchos creen que, tras la aprobación de una ley en EE. UU., cripto en Hong Kong o incluso en la China continental se abrirá de inmediato —y ya están elaborando planes de negocio sobre esa base. Esta visión resulta completamente irreal. Persisten grandes obstáculos regulatorios cuya resolución llevará tiempo. El marco que surja exigirá normas y límites claros: la libertad absoluta es inviable. Por ejemplo: si las stablecoins operan al margen del sistema bancario, ¿facilitarán el blanqueo de capitales? Cualquier regulador responsable impondrá controles estrictos de prevención de blanqueo a las stablecoins.

Se dan también graves conceptos erróneos y errores de fondo en el modo en que se interpretan stablecoins, RWA y blockchain. Este auge ha llevado a muchos a “subirse a la ola” como completos novatos: mucho entusiasmo y atención, pero conocimientos insuficientes y evaluaciones simplistas. Es clave identificar y abordar estas carencias.

El debate sobre las stablecoins debe estar anclado en la tecnología

Meng Yan: Ahora mismo, casi todo el debate sobre stablecoins está centrado en relatos financieros, con escasa atención a la tecnología. ¿Cree la gente de verdad que la tecnología blockchain es ya tan robusta como para dejarla al margen? Cuando trato con profesionales de las finanzas tradicionales, la mayoría apenas conoce productos blockchain, sabe poco de DeFi, jamás ha perdido una clave privada ni sufrido un ataque, y sin embargo se muestra muy segura construyendo sistemas y aplicaciones de stablecoin, como si la blockchain fuera una herramienta que ya dominan. Muchos entran a este “bosque oscuro” con la confianza de los habituados, suponiendo que los procesos, modelos o marcos regulatorios de las finanzas tradicionales pueden trasladarse “tal cual” a la cadena. Pero omiten un aspecto crucial: la blockchain es un modelo computacional radicalmente nuevo, con lógica operativa, límites, estructura de riesgos y patrones de usuario totalmente distintos de los de las finanzas tradicionales. No perciben que la tecnología blockchain aún está en fase de madurez, con retos de usabilidad, seguridad y cumplimiento por resolver. Los sistemas on-chain son inseguros por naturaleza: gestión de claves privadas, fallos en smart contracts, ataques de phishing, exploits en bridges, manipulación de oráculos, arbitraje normativo, movimientos de fondos ilícitos… cualquier eslabón débil puede desatar una crisis sistémica. Si se ignoran estos detalles técnicos y la verdadera lógica on-chain, todos esos planes de negocio prometedores y los ecosistemas “de laboratorio” se vendrán abajo ante las quejas de usuarios, problemas de cumplimiento o vulnerabilidades de seguridad.

Aún más relevante: la blockchain evoluciona a un ritmo vertiginoso. Los protocolos y productos líderes hoy pueden quedar obsoletos mañana con nuevas arquitecturas: blockchains modulares, pruebas de conocimiento cero, abstracción de cuentas, gobernanza on-chain, economías de restaking, gestión del MEV… el panorama cambia sin parar. Incluso los veteranos del sector tras una década deben seguir aprendiendo para no quedarse atrás. No se puede competir a escala global sin un conocimiento tecnológico profundo y actualizado.

Xiao Feng: Eso es esencial. He visto gran cantidad de opiniones distorsionadas o erróneas sobre stablecoins y tokenización de RWA, y siempre parten del desconocimiento de la base técnica. La tecnología es el punto de partida —blockchain, registros distribuidos, nueva infraestructura financiera— y después vienen los tokens (incluidas stablecoins), las RWA y DeFi.

Mi perfil es el de la banca tradicional: formado en economía después de la apertura, siempre en el mundo financiero. Por eso aconsejo a mis colegas: priorizad el conocimiento técnico. Debatir sobre stablecoins sin entender la tecnología es construir castillos en el aire.

Entré en blockchain en 2013, fascinado por la sutil pero profunda afinidad entre la arquitectura técnica de la blockchain y la estructura interna de la industria financiera. Con los años, me reafirmo: ahora mismo, todo gira en torno a la tecnología. La intuición financiera ayuda, pero sin base técnica pronto se toca techo. Por eso llevo años profundizando en los fundamentos de blockchain y en los desarrollos más innovadores.

Aún sigo formándome. Digo a los fundadores: no hace falta que seáis programadores, pero es imprescindible tener criterio técnico. Especialmente en DeFi, la competición no es entre licencias o marcas, sino entre protocolos, arquitecturas y eficiencia de sistemas. Quien innove en sistemas de cuenta, capacidades intercadena, velocidad de liquidación, privacidad, cumplimiento on-chain y gestión de riesgos, liderará el mercado. No estar al día en tecnología blockchain es avanzar hacia un callejón sin salida: una ilusión. Así se compite hoy. La tecnología no es un plus: es la línea divisoria. Desatender su lógica supone asignar mal los recursos. Incluso los mejores proyectos acabarán naufragando.

Meng Yan: Desde luego. Las stablecoins se definen, en esencia, por su sustrato tecnológico.

Xiao Feng: Es más, la tecnología siempre ha marcado la naturaleza del dinero. Ha habido tres grandes transformaciones: primero el dinero-mercancía —conchas, plata, oro—, cuyo valor dependía de la escasez y cualidades físicas; luego el dinero fiduciario, respaldado por mandato estatal y crédito soberano, que ha durado siglos; y ahora surge el dinero tecnológico —Bitcoin y stablecoins—, con valor protegido por criptografía, blockchain, wallets y contratos inteligentes.

Por ello, al analizar las stablecoins, no debemos perder de vista sus raíces. La innovación blockchain —los registros distribuidos— ha posibilitado una nueva infraestructura de mercado financiero, de la que surgen stablecoins, RWA y la economía tokenizada. Nada de esto responde a motivaciones individuales. EE. UU. comprendió la dinámica y legisló para dar reconocimiento legal al cripto. El año que viene será un punto de inflexión, con instituciones financieras tradicionales, fondos —incluidos de pensiones— e inversores accediendo al mercado cripto por cauces formales.

No se pueden crear stablecoins de nueva generación con viejas mentalidades

Meng Yan: Precisamente porque la tendencia es tan evidente, las entidades tradicionales quieren sumarse de inmediato. Sin embargo, tras participar en numerosos debates sobre pagos con stablecoins y proyectos RWA, me llama la atención que la mayoría no asume el impacto disruptivo que tendrán blockchain y stablecoins en el modelo financiero. Muchos diseños simplemente ignoran las cualidades propias de la infraestructura blockchain: es el clásico “vino viejo en botella nueva”. Conciben las stablecoins como herramientas, pero mantienen intactos personas, procesos, modelos y workflows; simplemente colocan stablecoins o blockchain aquí y allá para ganar eficiencia o abaratar costes.

Me recuerda el nacimiento del comercio electrónico: a finales de los años noventa, internet carecía de modelo de negocio claro y el e-commerce era lo único que “encajaba”, así que todas las empresas querían entrar. Pero la mayoría veía internet solo como un canal más eficiente de venta o atención; añadían una página de “centro comercial”, abrían un departamento online y sentían que era suficiente, sin realizar cambios organizativos ni de mentalidad. Sólo cuando aparecieron titanes como Amazon o Taobao, se entendió que el e-commerce era un nuevo paradigma, con impacto en hábitos de consumo, gestión de inventario, logística, captación de tráfico… y la década siguiente supuso la disrupción total del comercio tradicional. Por 2013 o 2014, muchos se lamentaban de no haber visto el cambio antes.

Pasa igual hoy. Las stablecoins pueden nacer como simples herramientas, pero son mucho más. Si imaginamos mil millones de usuarios con monederos digitales, vemos que las stablecoins no son un método de pago: son la entrada a un sistema financiero completamente on-chain y nueva lógica económica. Ya no hacen falta jerarquías de cuentas sofisticadas: el usuario entra con un “wallet” y no con una “cuenta”; las interacciones se producen mediante smart contracts, no tras autorizaciones manuales; las conexiones se basan en protocolos on-chain, no en intermediarios. Todo cambia: el antiguo poder de intermediación se desvanece y surgen nuevos puntos de entrada y redes. La economía stablecoin no consiste en adaptar viejos sistemas con tecnología nueva, sino en crear sistemas que sustituyen, absorben y reconfiguran todo el sector financiero. Esa es la verdadera revolución.

Mucha gente lo infravalora. Algunos magnifican el impacto inmediato de la IA —despidiendo personal, sustituyendo con IA y luego recontratando— y, sin embargo, con stablecoins hacen lo contrario: minimizan su potencial disruptivo. Ven stablecoins y piensan “esto mejora mi proceso” o “voy a añadir soporte de stablecoin a este producto”, sin ver que, si las stablecoins se integran a fondo, esos productos, procesos y hasta puestos de trabajo pueden desaparecer.

Xiao Feng: La clave sigue siendo una comprensión superficial de blockchain y registros distribuidos. Los libros distribuidos revolucionan completamente la infraestructura financiera, pero muchos no reconocen el alcance de ese cambio. Creen que pueden seguir igual porque sólo cambia “lo que hay debajo”. No es así: la blockchain nunca permite una transición indolora, sino que fuerza cambios de estructura y análisis de todo el sistema. Esa es la auténtica disrupción.

Para entender bien las stablecoins, hay que repasar su evolución. Se apoyan en libros distribuidos: la tercera revolución en la historia de la contabilidad.

La primera fue la partida simple, como demuestran las tablillas sumerias: solo ingreso y gasto.

Alrededor de 1300, en Italia, surge la partida doble, registrando activos, pasivos, ingreso y gasto. Durante 700 años, solo se pulieron detalles, sin cambiar la esencia.

En 2009 todo cambió: la blockchain de Bitcoin introduce la contabilidad distribuida. ¿El gran salto? Antes, cada entidad llevaba sus propios libros y cualquier operación transfronteriza requería conciliar todos los registros, lo que era lento y costoso. Ahora, el registro es único, público y global; las transacciones son directas entre pares, sin conciliación. Ese es el cambio revolucionario.

Tras Bitcoin, las stablecoins surgen en 2014. El avance del libro distribuido presenta dos tendencias: desde 2009, activos puramente “nativos digitales” como Bitcoin y Ethereum; desde 2014, stablecoins como USDT marcan el inicio de la tendencia “gemelo digital”, tokenizando activos reales —como dólares— y migrándolos on-chain.

La aprobación de los ETF de Bitcoin en EE. UU. y Hong Kong el año pasado mostró otro fenómeno: activos digitales que van de on-chain a off-chain. El activo está en blockchain, pero su representación (acciones ETF) cotiza fuera. Bitcoin sigue on-chain, el ETF está off-chain; se ejemplifican así las conversiones on/off-chain y la interacción entre gemelos digitales y nativos.

Las décadas de experimentación con libros distribuidos han demostrado su valor como infraestructura social transformadora.

Desde 2009, la tecnología de libro distribuido ha revolucionado la infraestructura financiera —pagos, negociación, compensación, liquidación—. ¿En qué difiere la nueva arquitectura de la antigua?

La infraestructura financiera actual se basa en registro centralizada, custodia, contrapartes y liquidación, precisando al menos tres entidades para compensar y liquidar una sola operación. Con libros distribuidos, todos escriben en el mismo registro, así que las operaciones son directas entre pares, sin intermediarios.

Los sistemas actuales emplean liquidación neta; en libros distribuidos, es liquidación bruta, cada operación se resuelve instantáneamente y de forma definitiva. Por ejemplo, la NYSE operará pronto 5×23 con una hora diaria de compensación; el Nasdaq aspira a 5×24, pero la infraestructura heredada impide la liquidación continua. Mientras, los exchanges cripto en Hong Kong ya dan trading 7×24 sin interrupciones. Todo esto es fruto de la tecnología de registro distribuido y sustenta el auge de las stablecoins.

Desde enero de 2009, fecha de lanzamiento de la red principal de Bitcoin, este sistema descentralizado ha funcionado sin pausa durante más de dieciséis años, todo un hito de ingeniería. Es una infraestructura financiera (FMI) que ha superado innumerables pruebas de resistencia y está lista para el mundo real.

Alguien dirá: “¿Qué más da si la FMI es antigua o nueva? ¿No hacen falta reglas, arquitectura y supervisión para pagos, negociación, compensación y liquidación? ¿Cómo afecta esto a mi modelo de negocio?”.

La diferencia es profunda. La FMI basada en registro distribuido es “de nueva generación” porque rompe tres reglas básicas:

Primera, la descentralización real sustituye contrapartes centrales (CCP) por transacciones directas entre usuarios.

Segunda, la liquidación bruta sustituye la neta: cada transacción se resuelve individual y completamente en tiempo real.

Tercera, la entrega contra pago (DvP) sucede a nivel de protocolo mediante smart contracts: transferencia atómica y simultánea de activos (tokens) y fondos (stablecoins) con liquidación instantánea.

Esta arquitectura reduce drásticamente la complejidad, los costes y multiplica la eficiencia. Un ejemplo: hoy, el trading intradía en NYSE y Nasdaq supone menos de la mitad del volumen bursátil de EE. UU.; el after-hours y los dark pools ganan terreno. Aunque amplían jornada, la antigua FMI (como el sistema T+2) obliga a reservar una hora diaria para compensaciones o el sistema colapsa. En cambio, exchanges cripto ya ofrecen trading 7×24 real gracias a su FMI de nueva generación. Así es la diferencia.

Pero el alcance va mucho más allá. Blockchain no es solo eficiencia: transforma el acceso de los usuarios a las finanzas, cambia procesos, relaciones de mercado y cadenas de valor, y en última instancia redefine las finanzas en todos sus niveles. La economía stablecoin no consiste en “modernizar un eslabón viejo con tecnología nueva”, sino en diseñar un sistema y una red completamente nuevos. Este cambio estructural hará obsoletas muchas organizaciones y dará lugar a nuevos actores y aplicaciones. Ya se observan cuatro grandes tendencias:

Primero, Bitcoin es una nueva clase de activo, empleado no solo por particulares y empresas, sino incluso por bancos centrales y reservas nacionales.

Segundo, las stablecoins gozan de reconocimiento legal como instrumentos revolucionarios de pago y liquidación. En 2024, el volumen de transacciones on-chain ya supera los 16 billones de dólares. El comercio electrónico transfronterizo en China es uno de los mayores beneficiados: los compradores internacionales usan stablecoins a niveles récord y los comercios chinos las reciben en cantidades nunca vistas.

Tercero, DeFi se consolida como herramienta de inversión de altísima eficiencia. A finales de 2024, el valor total bloqueado en DeFi rondaba los 190.000 millones de dólares. El lending en DeFi es robusto: los préstamos USDT on-chain muestran TAE estables alrededor del 8%. Lo revolucionario: el lending DeFi se basa en smart contracts, prescinde de intermediarios, reduce costes de confianza y operación, multiplica la rotación de capital y lleva la eficiencia a un nuevo nivel.

Cuarto, la tokenización de activos (RWA) es la tendencia estrella, abriendo la puerta a trasladar activos tradicionales —incluso físicos— a la blockchain.

Si alguna stablecoin ignora estos cambios, nacerá obsoleta o será irrealizable.

La programabilidad multiplica la complejidad de las stablecoins

Meng Yan: Quien se incorpore al debate stablecoin ahora probablemente no ha asimilado la inmensa complejidad del entorno on-chain, DeFi, la componibilidad, la tokenómica o la seguridad en blockchain pública. Por eso, tal vez desconozca las implicaciones —positivas o negativas— de llevar stablecoins y RWA on-chain.

Xiao Feng: Todo remite a la tecnología. Hay que entender las oportunidades y riesgos de la apertura y programabilidad de las stablecoins y, en realidad, de todos los tokens, incluidas las futuras RWA.

Hoy, muchos aún entienden stablecoins y RWA como “islas”: ven a las stablecoins como simples medios de pago mejorados o a las RWA como registros on-chain de activos offline. Si la tecnología funciona y hay compliance, piensan que todo sigue igual. Pero olvidan que estos activos son programables. Una vez on-chain, se integran de inmediato en un ecosistema automatizado, interconectado y mucho más complejo.

Desde la óptica DeFi: una stablecoin on-chain acaba siendo usada para préstamos, market making, restaking, farming, apalancamiento e incluso derivados. Sin modelos de riesgo robustos, límites claros con protocolos DeFi o protección ante ataques de flash loans, puede ser objeto de manipulaciones, perder valor o desencadenar crisis. Igual pasa con las RWA empleadas como colateral: si los datos son opacos, la valoración dudosa, la titularidad incierta o el encuadre jurídico ambiguo, pueden contaminar el sistema y convertirse en un riesgo en vez de aportar liquidez.

Desde la tokenómica: stablecoins y RWA no son neutras, sino que interactúan de forma compleja con utility, governance e incentive tokens. En los últimos años han surgido complejos sistemas de incentivos —liquidity mining, captación de usuarios, recompensas por gobernanza— con impacto masivo. Muchos recién llegados no saben nada de estos mecanismos ni de cómo pueden escalar —o hundir— un sistema entero. Si la stablecoin o la RWA están mal diseñadas, la pérdida de confianza puede truncar el valor de toda la cadena y provocar grandes pérdidas.

En materia de seguridad: el universo on-chain es tan hostil que Yu Jian, fundador de SlowMist, lo llama “bosque oscuro”. El que ha sufrido un ataque sabe lo grave que es, pero la mayoría en finanzas tradicionales nunca se ha enfrentado a ello. Algunos conocen blockchains privadas pero desconocen el riesgo abierto de las públicas. Una stablecoin, RWA o contrato on-chain está sometido a ataques: bugs en smart contracts, exploits en bridges, manipulación de oráculos, phishing, extracción de MEV, etc. —y esto ocurre cada día. La seguridad on-chain no es solo auditar código: implica la lógica de los protocolos, las interacciones del sistema y mil comportamientos imprevistos. Cuando falla algo, no hay atención al cliente, ni stop-loss ni marcha atrás: solo la prevención y el diseño robusto salvan. Cada error puede costar millones y solo se aprende a base de golpes.

Desde el prisma normativo: la programabilidad de stablecoins y RWA genera oportunidades pero también retos regulatorios inéditos. El compliance tradicional es manual, a posteriori y centralizado, pero las transacciones y activos completamente on-chain pueden ejecutarse, cruzar cadenas y circular en segundos por todo el mundo, fuera del alcance de los controles convencionales. A esto hay que sumar que los requisitos regulatorios varían por jurisdicción, de modo que stablecoins y RWA globales deben sortear normativas incompatibles. Pero aquí surge la verdadera innovación: el “compliance programable” significa integrar los requisitos regulatorios en el software: reglas claras, verificación instantánea y ejecución automática. Si las reglas están bien definidas y los datos están on-chain, el “código como ley” se convierte en realidad, permitiendo flujos globales, seguros y eficientes de stablecoins y RWA. La regulación del futuro migrará de la “mano visible” a las “reglas programadas en software”.

En síntesis: cuando las stablecoins se integren de verdad en el entorno on-chain, la complejidad superará cualquier “caso de uso” sencillo. Todo lo que hemos descrito aquí es solo el principio. Seguirán surgiendo desafíos técnicos, de seguridad, incentivos y normativos. Será un proceso permanente de aprendizaje, experimentación y evolución sectorial.

El progreso cognitivo exige innovación real

Meng Yan: Su aproximación tecnológica a stablecoins y blockchain es, a mi juicio, fundamental. Pero me preocupa que la difusión acelerada de stablecoins facilite la aparición de problemas nuevos, imprevisibles, para los que la teoría disponible no basta. La teoría, por sí sola, se queda corta.

Xiao Feng: Coincido plenamente. El aprendizaje no se produce de golpe, y menos aún en sistemas tan dinámicos y complejos como la blockchain, donde los problemas reales solo se manifiestan en la práctica. Es imposible anticipar todas las variables: la comprensión profunda surge de un ciclo continuo de “percepción, innovación, feedback, nueva innovación”. Para los emprendedores chinos, esta es una oportunidad única: contamos con sólidos recursos técnicos y visión global —si nos organizamos y lideramos juntos esta transformación stablecoin, podremos influir y liderar en el escenario global. El conocimiento verdadero solo crece con la práctica real y se convierte en motor de la evolución del nuevo sistema financiero.

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  1. Este artículo es una reproducción de [Blockchain Reflections de Meng Yan], con copyright del autor original [Blockchain Reflections de Meng Yan]. Si tiene alguna objeción sobre la reproducción, por favor contacte con el equipo de Gate Learn. El equipo adoptará las medidas necesarias conforme los procedimientos pertinentes.
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  3. Otras versiones de este artículo han sido traducidas por el equipo Gate Learn. No copy, distribuya ni plagie la traducción sin mencionar expresamente a Gate.
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